lunes, 2 de marzo de 2015

Meditación en el embarazo



Desde hace algunos años practico yoga. De las diferentes modalidades he practicado Hatha hace algunos años, y Ashtanga en el último antes de quedarme embarazada. Esta última disciplina es la que más me gusta, más dinámica, sudas más la camiseta y con una práctica regular notas beneficios muy rápidamente tanto a nivel físico como psicológico y anímico (aunque los beneficios se notan rápido en cualquier modalidad de yoga, lo importante es la práctica regular). 

El primer de embarazo continué yendo a mis clases de yoga, hacía 10 clases al mes, más la práctica en casa. En los últimos meses venía practicando casi a diario, y a día de hoy lo echo bastante de menos. Sin embargo el cansancio a partir del segundo mes empezaba a notarse, me constaba más controlar la respiración y acompasarla a los movimientos, me agotaba mucho antes. Todo esto unido a lo especialmente delicado que es este mes en cuanto a riesgo de aborto me llevó a tomarme un descanso en el segundo mes, que aún continúa, aunque pronto empezaré con el yoga adaptado para embarazadas.



Para continuar con mi trabajo psicológico y mental a través del yoga, continué haciendo meditación, mucha meditación. La constancia es una de las bases para que estas disciplinas supongan un cambio real en la persona así que no se puede dejar de lado, aunque se tome un descanso en la práctica de asanas (posturas de yoga). La meditación en el embarazo es una actividad que aporta muchísimo bueno a la madre, y estoy segura que también al bebé. 

En mi experiencia, la meditación en el primer trimestre del embarazo me ha ayudado a hacerme a la idea de la nueva situación, a relajarme ante la idea de los cambios que se avecinan y afrontarlos con serenidad, y a vincularme con mi futuro bebé aun cuando todavía no le notas demasiado.  Recomiendo muchísimo unos minutos de meditación diaria en cualquier circunstancia, pero en el embarazo me ha parecido una experiencia especialmente positiva.

¿Cómo lo hago?

Hay varias opciones. Si nunca has practicado meditación, lo mejor es que lo primero que aprendas es relajación profunda. La técnica básica consiste en tumbarte boca arriba en una superficie firme (en el suelo con esterilla o una manta), con las palmas de las manos hacia arriba y los pies relajados, dejando que caigan hacia afuera, y los ojos cerrados. Mantenemos la respiración pausada y suave. Esta postura se llama Savasana. Para relajar el cuerpo vamos centrando la atención mental en las diferntes zonas del cuerpo, de arriba a abajo o al revés. Según ponemos nuestra atención mental en una zona (por ejemplo los pies, las piernas, la espalda, la cara, la mandíbula) vamos aflojando los músculos ahí situados, hasta ir notándolos cada vez más relajados. Cuando terminemos con todos los músuclos del cuerpo deberíamos notar los músuculos flojos y una relajación grande. Entonces nos quedamos concentrándonos en nuestra respiración. Podemos mantener la postura todo el tiempo que queramos. Recordamos no salir de golpe de este estado de relajación, sino contar mentalmente hasta 10 e ir moviendo manos, brazos y piernas lentamente antes de abrir los ojos.también con suavidad. Podemos incluir una música suave pero las primeras veces no es recomendable porque puede distraer la atención.



Otra opción es la meditación guiada. Cuando ya sabemos relajar nuestro cuerpo podemos elegir una de las muchas meditaciones guiadas que hay por internet. Normalmente cuentan con una música relajante de fondo y un relato que te va indicanco qué debes visualizar. Las hay específicas para el embarazo, para trabajar el vícnulo mamá-bebé, para relajarse de cara al parto y eliminar miedos y temores, incluso para favorecer la fertilidad.



También podemos recurrir a la visualización libre. Esta técnica es más recomendable cuando ya tenemos una experiencia previa en meditación, ay que en este caso nos tenemos que encargar de todo. Tenemos que controlar solos el proceso de relajación y la posterior visualización. Es bueno tener una idea previa de qué vamos a visualizar, para evitar el "parloteo mental" y las ideas inconexas entre las cuales al final se podrán colar pensamientos externos a la práctica de la meditación. En el embarazo, la visualización del feto, o del momento del parto en paz, o del niño ya en nuestros brazos, son visualizaciones que resultan motivadoras e incluso emocionantes, y potencian el vínculo con nuestro bebé.

Prácticas de respiración o Pranayama. En este caso hay que seguir técnicas específicas y hay que ser constante. Lo emjor es localizar algún ejercicio concreto de meditación sobre ejercicio de respiración, o ejercicios de pranayama. Esta disciplina se basa en educar la respiración para extraer de ella el máximo partido posible. Es especialmente beneficioso para el feto durante el embarazo ya que aumenta su oxigenación, así como la relajación de la madre.



Estas son, a muy grandes rasgos, algunas de las posibilidades que tenemos para adentrarnos en el mundo de la relajación y la meditación en nuestro embarazo. Una práctica que engancha y que nos reporta numerosos beneficios tanto a nivel anímico, como psícológico y físico. No dejéis de probarlo, si no lo habéis hecho nunca antes, el embarazo es el mejor momento, aunque realmente cualquier momento es bueno para esta experiencia transformadora.

Mami Babú



2 comentarios:

  1. Que sepas que aquí tienes a una seguidora más, me encanta tu blog.
    Llevo desde hace un par de meses leyendo numerosos blogs sobre embarazo y maternidad y leyendo un comentario tuyo en uno de ellos fue como te descubrí.
    Yo también tengo 27 años pero no estoy embarazada, aunque lo estoy deseando. Mi pareja y yo hemos decidido que ya ha llegado el momento pero no queremos obsesionarnos, así que estamos dejando que la naturaleza siga su curso.
    Lo dicho, que me encanta el blog y que estoy súper atenta a tus nuevas entradas.
    Felicidades!!! ;)

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  2. Gracias por tu comentario Sandra!! Ahora que estoy empezando en esto del "mamiblog", se agradece muchísimo saber que va gustando. Aún tengo que sacarle mucho más partido pero poco a poco :)

    Por mi experiencia te diría que la naturaleza está de tu parte, con nuestra edad y sin problemas significativos de salud, seguro que el embarazo llega cuando menos lo esperas, y probablemente antes de lo que imaginas. A mí me sorprendió totalmente, ya me veía esperando meses y meses, y llegó al segundo intento!!

    Gracias por leerme, aquí estoy para cualquier cosita en la que pueda ayudarte.

    Besos

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