lunes, 23 de marzo de 2015

Epidural, ¿sí o no?



Aquí vamos con un dilema de los grandes: ¿me pongo o no me pongo la epidural? Máxime siendo primeriza, cuando no sabes a lo que te enfrentarás en términos de dolor en el día del parto, el dilema te asalta cada dos por tres. A mí desde luego. 

Confieso que en principio me gustaría ser capaz de pasar sin ella, pero las dudas siempre están ahí. Cada mujer es un mundo y aunque entiendo que es un método seguro y que los profesionales que se encargan están muy preparados para que todo salga perfectamente, hay una parte de mí que querría vivir ese parto más natural, más “animal” por así decirlo, esa experiencia en bruto y sin paliativos. Claro que es muy fácil decirlo ahora que no tengo ni idea de lo que es una contracción. El día del parto, ¿qué pasará?

Imagen: Babymoon

En parte me animan ejemplos cercanos que tengo: mi cuñada ha tenido recientemente a mis dos sobrinos, con poco más de un año de diferencia, y lo ha hecho en ambos casos sin epidural. En uno de los partos le pusieron oxitocina, que te agrava el dolor de las contracciones haciéndolas más fuertes, y aun así ella no solo lo consiguió, sino que lo recomienda. Su recuperación de ambos partos fue espectacularmente rápida. Un caso de éxito sin anestesia. 

Tampoco quiero ser drástica, conozco casos de éxito con epidural, por supuesto, y a grandes fans de este tipo de anestesia que aseguran que les ha ayudado a disfrutar de su parto y que te cuentan que sufrir es absurdo si puedes evitarlo. En parte comprendo sus argumentos, pero me quedan tantas dudas… Según he leído la epidural puede (o no) ralentizar el proceso de expulsivo, en algunos casos incluso detener las contracciones haciendo con ello necesaria la oxitocina. Es un riesgo que me parece digno de tener en cuenta porque una vez llegado casi al final, puede que salga más a cuenta terminar antes y terminar de una vez. A su vez, genera un parto medicalizado a tope desde el principio, y aumenta el riesgo de tener que instrumentalizar el proceso con el uso de fórceps o episiotomía. Mi parto “ideal” sería lo más lejos posible de ese tipo de material e intervenciones, y si puedo hacer algo por disminuir las posibilidades de parto medicalizado, preferiría hacerlo. 

También creo que en parte es bueno ir mentalizada de que la epidural se podrá poner o no. Veo, leo y escucho a muchas mujeres convencidas de que se la pondrán, pero no parecen tener en cuenta que no siempre se puede y que hay factores que condicionan en que finalmente tengas que parir sin ella, por ejemplo si llegas demasiado dilatada al hospital. Creo que si yo llegara tan convencida de que quiero esa analgesia y me encontrara in situ con que no puedo ponérmela, la frustración y el miedo serían contraproducentes y peores que si simplemente te haces a la idea de que no puedes predecir cómo será tu parto, y que lo mejor es no llevar demasiadas ideas preconcebidas. 

Sobre este tema me ha resultado muy interesante este artículo de Ser Padres, firmado por la matrona Sonia Moreno Merino, del Hospital Clínico de Valencia. También Bebes y más ha sintentizado muy bien ventajas y desventajas de este tipo de anestesia y su artículo es un buen punto de partida para ahondar en las consecuencias buenas y no tan buenas que nos puedan llamar la atención. 

Mi idea particular hasta el momento es firmar el consentimiento de la epidural por si acaso, pero aun así evitarla si puedo. Aparte de que no me mola un pelo lo de que me pinchen en la columna, catéteres y todas esas movidas, soy médicamente miedica y no temo reconocerlo,  y además no tolero mal el dolor (el dolor que conozco) así que creo que podría merecer la pena. Las historias de parto sin epidural que he leído y conocido coinciden en general en que merece la pena, y he leído partos más complicados con la anestesia que sin ella, claro que cada mujer y cada caso es un mundo, y estoy muy lejos de conocer todos los casos. No obstante, me quedan cinco meses para pensármelo, y mucho que leer, muchas historias que conocer, y mucho que documentarme en mi osadía casi enfermiza de empaparme de todo lo habido y por haber que rodee a la experiencia del parto. Puede que mi opinión sobre la epidural aún cambie y evolucione. Mientras tanto, cualquier opinión o consejo son bienvenidos. 


 Mami Babú

No hay comentarios:

Publicar un comentario