jueves, 5 de marzo de 2015

Embarazo y gatos: el eterno dilema



De toda la vida he tenido gatos. Ahora no iba a ser menos. Tengo dos mininos que son los reyes de mi casa y a los que adoro. La sola idea de deshacerme de ellos de cara al embarazo siempre me ha parecido un chiste malo. Y no porque sea yo una irresponsable y una inconsciente, no lo creo. Más bien tiene que ver con mi manía de documentarme a fondo y no creerme lo primero que me cuentan. Reconozco que además tener un hermano veterinario ayuda en el tema asesoría. 

Cuando me quede embarazada, varias personas me preguntaron sobre los gatos. Y yo “bien, gracias, en casa están”. Hay gente que todavía sabe de lo que habla, pero es que hay algunos que sencillamente han oído campanas y no saben dónde. Deben pensar que un gato es un ser capaz de provocarte un aborto o una malformación en tu indefenso feto con una mirada de soslayo. Nada más lejos de la realidad.  El riesgo lo representa el toxoplasma, un parásito que vive en muchos animales, pero que el gato además puede transmitir.


Foto: veterinariaencasablog



¿Cómo lo transmite?
Única y exclusivamente a través de las heces. No por el pelo, no por la boca, no por la mirada, no por maullar, no por respirar. SOLO en un arenero falto de higiene puedes encontrar un foco de infección. Además, las heces no se vuelven contagiosas hasta estar 24 horas expuestas al aire, con lo cual, si retiramos las caquitas todos los días (varias veces al día, si nos quedamos más tranquilas) no se genera ese riesgo de contagio. 

¿Cómo lo contraemos los humanos?
Únicamente por vía oral. Es decir, te lo tienes que comer. Si tocas una caquita de gato, no te contagias en el acto a menos que a continuación te lleves las manos a la boca (y siempre y cuando el gato esté enfermo, obviamente). 

¿Qué efectos provoca la toxoplasmosis en el feto?
Siempre y cuando la infección de la madre traspasase la placenta y llegara al feto (cosa que ocurre en el 40% de los casos) podría generar complicaciones graves: desde abortos a malformaciones neurológicas o físicas. Sin duda las consecuencias pueden ser fatales, pero eso no se convierte en carta blanca para pasar de nuestras mascotas, porque no son ni mucho menos el principal riesgo de contagio. 

¿Qué posibilidades hay de qué mi gato esté enfermo?
Siempre puedes llevarle al veterinario a hacerle una prueba, te dirá si ha pasado la enfermedad alguna vez, en cuyo caso puedes despreocuparte porque ya es inmune. Si no la ha pasado nunca tendrás que tomar una serie de precauciones, pero no hace falta volverse loca: el gato contrae la toxoplasmosis cuando come carne de algún animal infectado, y esto es más probable en un gato que salga a la calle y se zampe a un pájaro. Esto es lo que debemos controlar: no darles carnes crudas, no dejarles ir de caza, y en la medida de lo posible no dejarles que antes en tierra de jardines o descampados donde pudieran entrar en contacto con heces de animales infectados. Si tu gato es como los míos y vive en régimen de clausura en un apartamento o piso, sin contacto con la calle, y solo pienso y comida para gatos preparada y nada crudo, las posibilidades de contagio son mínimas, prácticamente inexistentes. 


¿Qué precauciones debo tomar?
Por supuesto, y tratándose del bienestar de nuestro bebé, no hay que dejar de lado ciertas precauciones, pero abandonar al gatito no pasa por una de ellas. Procuremos no limpiar el arenero durante el embarazo, si vivimos acompañadas se puede encargar otra persona y los tiene que hacer con cierta regularidad. Mi pareja, por ejemplo, lo hace mañana y noche, y en general cuando ve que nos han dejado un “regalito” lo limpia enseguida. Si vives sola y no tienes esa opción, limpia el arenero con guantes y lávate las manos a conciencia después. Por lo demás, procura que no te arañen, mantenlos limpios, vacunados y desparasitados. Ten en cuenta que es más fácil que te contagies la toxoplasmosis por comer fruta o verdura mal lavada, o carne cruda que por tener un gato sano en casa, así que no dejes de prestar atención a lo realmente importante por la paranoia generalizada del gato. 


Os dejo un par de artículos que contienen información más extensa de este pequeño resumen que os he hecho de mi perspectiva sobre este tema:

http://veterinariaencasablog.com/2013/01/29/toxoplasmosis-gatos-y-embarazadas/ 
 
Recordad que la información es poder, dar mil vueltas y pedir todas las opiniones que podáis, veréis que no todo es como lo pintan y que hay opciones para el bien de todos, incluido el de la mascota. Sin pretender juzgar a nadie, creo que bastantes animales se abandonan al año en España (en eso estamos a la cabeza de Europa) como para contribuir más a esta lacra. En mi caso, mis gatos son parte de mi familia y el planteamiento de mi médico me dejó un tanto a cuadros cuando me dijo “bueno, supongo que querrás más a tu bebé que a tus gatos”. No me estaba diciendo que los abandonase, ojo, solo que me tomase en serio las precauciones, con lo cual estoy muy de acuerdo.  Pues hombre, no es que los quiera “más que a mi bebé”, pero puedo asegurar que los quiero más que a muchas personas, que me han acompañado durante años y que solo me han dado cosas buenas, lo cual ya es un motivo para mirar por su bienestar ya que, como he dicho, para mí son miembros más de la familia, y como no me deshago de mi chico cuando tiene gripe por miedo al contagio, tampoco me deshago de mis gatos por leyendas urbanas. Y sobre a quién quiero más, pues cada uno en su lugar, tengo amor para todos oiga, no creo que tenga porque elegir.



Me quedo con mis misinos :)



Mami Babú

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