jueves, 23 de abril de 2015

Ecografía 20 semanas: una niña rebelde o tímida

No puedo creerme que ya esté a mitad del embarazo. Se me ha pasado volando y ahora es cuando empiezo a darme cuenta de verdad de la buena de todo lo que se nos viene encima. Entre otras cosas porque ahora sí, lo noto en mi cuerpo.

Se supone que desde la semana 20 los cambios son mucho más evidentes tanto para la mami como para el entorno. En mi caso, he empezado a notar (lo que creo que son) movimientos de bebé, la barriga me crece a un ritmo muchísimo mayor (yo diría que por días), he tenido pequeñas contracciones (por llamarlo así, ahora me explico), y mi capacidad pulmonar está seriamente resentida, parezco una abuelita subiendo cuestas.

Lo de los primeros movimientos del bebé es una experiencia bastante confusa. Tengo ciertas sensaciones que me hacen creer que es la bebé, sobretodo porque no las he experimentado nunca, y todo lo nuevo que pasa en mi cuerpo lo asocio inevitablemente al embarazo. Noto como "mariposillas" en el estómago (no las del amor de quinceañeros, estas son más evidentes y físicas), y presiones en determinados lados de la barriga que me hace pensar que la nena está de ese lado. Supongo que aquí se mezcla la sensación con la intuición. Aún son sentires muy leves, pero aún así, hacen mucha ilusión.

El crecimiento del globo barriguil es un hecho. Si bien hasta hace algunas semanas no era capaz de decir con seguridad si mi barriga crecía por el embarazo o por las tapitas que religiosamente me zampo en el bar varias veces por semana, ahora estoy segura de que es por lo primero y puedo notar las diferencias. La barriga de tapas es colgona, y suele manifestarse en plan flotador (muchas la conocemos de sobra); la barriga de embarazo evidente es redoda y sale desde la altura de las costillas. Es mucho más consistente. Resuelta esa duda existencial, añadiré que aprecio tamaños diferentes de barriga según el momento del día. Por ejemplo, me suelo levantar de la cama y verme menos barriga que a medida que avanza la jornada. Cuando estoy tumbada y relajada, más que barriga tengo un bulto debajo del ombligo (que es a la altura que llega el útero en estas semanas). A veces me acuerdo de la peli de alien y me da yuyu, pero en seguida me acuerdo de mi bebota y sonrío inevitablemente.

Esas pequeñas "contracciones" no son lo que entendemos por las mismas. En primer lugar, las llamo así porque lo que siento es una contracción muscular, pero obviamente no tienen mucho que ver con el parto, aunque sí podrían considerarse las contrarias a las de parto. Después de informarme me he enterado de que son normales a esta altura del embarazo y que suelen generarse como reacción a los movimientos fetales. Lo que sientes es sorprendente, pero para nada doloroso. Se endurece la parte de abajo de la tripa (si alguien os toca lo puede apreciar) y tú por dentro notas como si estuvieras haciendo algo así como abdominales involuntarias.

Mis pulmones se han quedado pequeños. Llego reventada a subir una cuesta de las pequeñas. Yo, que he sido la más andarina de todas, que he hecho senderismo de montaña, que me encanta andar y solía pegarme auténticas kilómetradas pasando por varias paradas de bus o metro que ignoraba sistemáticamente, ahora voy todo el día con la lengua fuera. Bien, pues también es normal. Esto se llama disnea y no supone un problema porque no disminuye la cantidad de oxígeno que recibe ni la madre ni el bebé (salvo que estas dificultades sean demasiado intensas, en cuyo caso quien mejor nos puede aconsejar es un médico). Se debe a que el útero se ha elevado ya considerablemente y empieza a presionar el diafragma hacia arriba. Si alguna vez has sufrido ataques de ansiedad, anemia o cardiopatías, es más probable que padezcas esta molestia, pero vamos que yo jamás he tenido ningún problema respiratorio y aquí me hallo, arrastrándome cuesta arriba y descansando en los rellanos.

Esta semana me han hecho la ecografía de la semana 20, la que es la más importante y que llaman "morfológica". Aquí te miden al bebé a fondo y le exploran la formación de los órganos. El feto ya está formado y tiene todas sus partes y organitos, pero evidentemente tiene que crecer. El resultado de la mía ha sido satisfactorio, lo han encontrado todo normal y esto siempre es un tremendo alivio. Además nos han confirmado que es una niña. Una niña que o bien es tímida o bien es rebelde, porque estaba semiescondida, tumbada mirando hacia el suelo y sin muchas ganas de colaborar. Le pudieron ver todo lo necesario a base de clavarme el ecógrafo hasta los higadillos. De hecho pasé dos veces: me hicieron esperar un rato a ver si la nena se colocaba algo mejor y nos dejaba sacarle una foto decente, pero nada. A los veinte minutos seguía igual. Eso sí, se le veía perfectamente la columna vertebral, porque la carita ni la olimos. Nos enseñó el cogote y su cerebrín, y con eso tuvimos que conformarnos. Pero bueno, lo importante no deja de ser que esté creciendo bien y sana. No le puedo exigir una buena foto porque yo tampoco he sido fotogénica en la vida.
Quizás es que sale a madre... :D


Mami Babú




lunes, 6 de abril de 2015

De compras. Capítulo 1: Carrito Graco Evo



Con solo diecisiete semanas de embarazo, hace unos días no lo pudimos evitar: nos metimos en una tienda de puericultura a darlo todo, aprender mucho y comprar nada. Si por mí fuera, ya lo tendría todo (una que es cagaprisas y exageraíta), pero de momento me contienen las obras de una pequeña reforma que estamos haciendo en casa. Cuando tenga a punto las habitaciones, a ver quién me para. Miedo me doy. 

No porque yo sea una tía especialmente consumista, que más bien todo lo contrario. Es más el afán de tenerlo todo bajo control (o al menos creérmelo) el que me ha llevado a elegir ya varias de las cosas que considera más importantes para mi bebi. Aún no las he comprado, pero como soy de ideas fijas no creo que haya grandes cambios.  En esta primera visita al universo del mercado del bebé, mi objetivo principal era el carrito. Había visto dos en Babies r us que me gustaban, y el otro día fui a Decathlon y claro, estaba al lado, ¡cómo no iba a pasarme a ver mis carritos en vivo!

De allí salimos casi que más indecisos, pero después de deliberar y reflexionar, el ganador ha sido el trio Graco Evo. Teníamos claro que queríamos un carrito ligero, que ocupase lo menos posible y que fuera económico a la par que seguro. No queremos invertir demasiado en el carro ya que pensamos que vamos a portear bastante, pero por supuesto tampoco pensamos renunciar a la seguridad. 

El caso es que este carro tiene todo lo que buscaba: grupo 0 ligerito, bien acolchado y a contramarcha en el coche, silla de paseo que se puede poner mirando hacia ti o hacia afuera, y capazo plegable de un tamaño razonable y con un colchón que tiene pinta de cómodo. Otra de las cosas que nos animó a decidirnos entre éste fue la tela, más resistente y fuerte, además de que el saco para tapar el capazo o la sillita (igual esto tiene un nombre pero mi ignorancia todavía es considerable en la jerga maternal) lleva el interior de forro polar, lo cual me gusta de cara a los días fresquetes, en los que no haría falta ponerle un saco extra (quizás sí para los días fríos a muerte). La bandeja inferior tiene bastante capacidad, y el carro se manipula fácilmente para cambiar las piezas o plegarlo. El precio es inmejorable, no llega a los 400 euros y además en Babies r us te lo envían gratis a casa, ya que la compra supera los 70 euros, eso sí, verlo en directo previamente es recomendable. Además el diseño es monísimo, moderno, y está en rojo, que es mi color favorito y se adapta a peque o peca, así que venga lo que venga finalmente no habrá que romperse más la cabeza.  




Por sacarle alguna pega: tiene una barra en el eje trasero que me daba la impresión de que podría estorbar al andar, pero lo probamos y no lo hace (así que no puede contar como pega), y no tiene bolso, que esto al fin y al cabo es un extra que no todos traen. La pega del bolso es que al no traerlo me ha generado una nueva obsesión: encontrar uno que pegue con el carrito, y que nos guste al papi y a mí. Pero bueno esa obsesión surge con cada nueva cosa que tengo que escoger, supongo que es lo normal y que la locura es generalizada. Yo suponía que había mucho donde escoger en el mercado del bebito, pero francamente no sabía que tanto, tanto tanto. 

Aunque seguro que exploro otras tiendas, Babies r us me ha encantado. Tienen de todo, lo útil, lo inútil, lo sorprendente, lo absurdo y lo precioso. Puedes equipar a tu bebé sin ningún problema sin salir de esa tienda. Aunque sin duda lo que  más me llamó la atención fueron las charlas con la matrona, a las que pienso apuntarme, ya que estamos, toda información es bienvenida. Son un par de sesiones gratuitas con una matrona que contará un poco sobre cuidados del bebé, embarazo y preparación de la canastilla, y que seguro aprovecha para recomendarte productos que puedes encontrar en la tienda, obviamente, pero bueno no estás obligada a comprarlos ni a comprarlos allí. Yo iré a probar.  

http://www.toysrus.es/shop/index.jsp?categoryId=5050101   

En cualquier caso, tiendas a parte, me reirtero en mi papel de mamá low cost y minimalista (obligada por el tamaño de mi piso). Veo y observo que se pueden conseguir muchas cosas necesarias para el bebé por un precio justo y sin renunciar a la calidad, y mucho menos a la seguridad. Y confieso que hay un sinfín de artilugios que me parecen soberanas estupideces que solo están ahí para generar necesidades ilusorias y activar el consumo desaforado y absurdo. Por ahí, no paso. Pero a disfrutar eligiendo, imaginando, esperando las cositas que mi futuro bebé necesita (y sin arruinarme), tampoco renuncio. Aunque sea pronto, aunque tenga tiempo de sobra, aunque algunas cosas no llegue a comprarlas, la ilusión es libre y es uno de los ingredientes más sabrosos del embarazo  ;)


Mami Babú